En la actualidad menos de un 3% de la población total tiene conocimientos técnicos puros sobre programación.
En un momento en el que la gran mayoría de personas no saben tocar código, los movimientos que buscan empoderar a que los individuos puedan hacer realidad sus proyectos se convierten en esenciales.
Filosofías o movimientos como lo son el low code y el no code permiten que la totalidad de las personas con una idea en la cabeza puedan llevarla a la práctica, sin necesidad de tener que aprender a programar o tener que delegar esta tarea teniendo que desembolsar una gran cantidad de dinero.
En este post, nos sumergiremos en el mundo del low code y no code, destilando los conceptos fundamentales para que incluso los principiantes puedan entender y apreciar la magnitud de estos enfoques. Exploraremos qué significan realmente estos términos, cómo funcionan y, lo más importante, cómo pueden transformar la forma en que concebimos y construimos apps, webs, automatizaciones, etc.
El Low code emerge como un paradigma disruptivo que redefine la manera en que concebimos y construimos software.
Este movimiento está transformando la manera en que las organizaciones e individuos abordan la creación de aplicaciones, webs, automatizaciones, etc. ofreciendo una alternativa más accesible y eficiente a los métodos de programación tradicionales.
Low code es un enfoque que minimiza la cantidad de codificación manual necesaria para construir cualquier artefacto que tengas en mente.
La esencia del low code radica en su capacidad para acelerar significativamente el ciclo de desarrollo de artefactos en comparación con los métodos de programación tradicionales.
Podemos decir que el low code es posible gracias a herramientas que se posicionan en un punto intermedio entre el no code (que abordaremos más adelante) y la programación. Herramientas que proporcionan interfaces que permiten la construcción de artefactos sin necesidad de programar, pero que al mismo tiempo, también ponen a nuestra disposición la opción de añadir código para conseguir apps, webs, etc. más personalizadas y hechas a nuestro gusto.
El low code es perfecto para aquellas personas que no tienen un extenso background en programación, pero tienen conocimiento suficiente para añadir pequeñas líneas de código a un artefacto realizado sin programar para, como hemos comentado anteriormente, añadirle una capa de personalización.
Por lo tanto, el low code no solo representa una herramienta valiosa para los desarrolladores experimentados que buscan aumentar su productividad, sino que también democratiza el desarrollo de software al permitir que una variedad más amplia de personas participe en la creación de aplicaciones, webs, automatizaciones, etc.
Esto no solo agiliza el tiempo de comercialización, sino que también facilita la participación de profesionales no técnicos en el proceso de desarrollo.
Si previamente explicábamos que el low code se apalanca en herramientas que permiten crear artefactos sin código para posteriormente añadir esa capa de programación, el no code es ese movimiento que surge gracias a estas herramientas que permite democratizar la creación de productos digitales para que cualquier persona sin experiencia alguna en programación.
El no code radica en la simplificación extrema del proceso de construcción de artefactos al eliminar la barrera del código tradicional.
Si quieres profundizar en el no code te recomendamos que te leas este artículo sobre qué es el no code en el cual nos explayamos acerca de los inicios del no code, el auge del mismo, la democratización de la creación, etc.
Ambos enfoques, low code y no code, comparten la visión de democratizar el desarrollo de software, pero difieren en la audiencia objetivo, la complejidad de las aplicaciones y el nivel de personalización ofrecido. La elección entre ellos dependerá de los requisitos específicos del proyecto y de la audiencia que esté participando en el proceso de desarrollo.
Tanto las herramientas low code como las herramientas no code cuentan con una interfaz visual que permite crear aplicaciones sin código. La principal diferencia se encuentra en que las herramientas low code también permiten programar con código, en caso de que se necesite.
Por lo tanto, podríamos decir que el denominador común es el no code y que el enfoque que adoptan ambos movimientos es el de empoderar a los individuos sin una elevada experiencia técnica en programación para así democratizar la creación de productos digitales.
Nivel de habilidad requerido:
Velocidad de desarrollo:
Flexibilidad y personalización:
Escalabilidad:
Para ejemplificar de la mejor manera posible cómo estos movimientos pueden crear proyectos reales, te traemos dos proyectos que han sido creados con no code (y que posteriormente han evolucionado a low code o code) y han sido capaces de validar demanda y escalar.
Si te ha atraído esta nueva filosofía que democratiza la creación de productos digitales y elimina la necesidad de ser un perfil técnico o saber programar para crear proyectos, entonces seguro que te interesa nuestro curso gratuito de introducción al no code con el cual aprenderás las bases sobre este movimiento incipiente.
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